Estaréis de acuerdo conmigo en que cuando viajas conoces a todo tipo de personas con historias fascinantes. En este artículo entrevisto a una de esas personas para que os pueda inspirar tanto como me inspiró a mi. Viajando sola por Brasil conocí al francés Julien Landais, nuestros caminos se cruzaron en Ouro Preto, una ciudad encantadora en la región de Minas Gerais. Por aquel entonces Julien llevaba 3 años y medio viajando tan solo haciendo autostop y Couchsurfing y por el camino conoció a su novia Nati, chilena, que se unió a su aventura, la Ruta Pachamama.
¿Cuál fue tu primera experiencia haciendo autostop?
La primera vez que hice dedo fue en México, años atrás. Me iba hacia el pueblo de Tequila (Jalisco) y como no conocía la zona, me bajé del autobús demasiado temprano. Me encontré en un pueblecito perdido entre los campos de agave y el siguiente bus venía horas después. Allí fue donde saqué mi pulgar por primera vez, y en seguida me subí atrás del pick-up antiguo que conducía un campesino silbando música ranchera con la gorra de Los Pumas en la cabeza… Entonces, no podía ni imaginarme los miles de kilómetros de autoestop que llegaron después.
¿Miles de kilómetros de autostop?
Meses después, compré un libro para el avión antes de volar hacia India. El libro era el relato de un aventurero francés que dio la vuelta al mundo con la única fuerza de su pulgar. Terminé el libro, y dije: “¡me voy!”. Fue mi primer paso hacia la Ruta Pachamama. Salí en septiembre del 2010 a esa ruta infinita que recoge nuestra Madre Tierra y que nos invita durante el camino a conocer sus habitantes y sus culturas. Un viaje de más de 105.000 kilómetros a dedo por los seis continentes. Una aventura intensa, la mejor escuela de la vida.
¿En cuántos medios de transporte has hecho austoestop, cuáles?
La idea de ese viaje fue de usar únicamente el pulgar como medio de transporte para estar en contacto permanente con los locales. Así que además de coches, hubo veleros para cruzar los océanos, camiones para los largos recorridos, avionetas para ir a saludar a los Esquimales en las orillas del océano Ártico, buses por todo Latinoamérica, barco de mercancías para llegar a Iquitos, carros tirados por burros en Nicaragua, ferries en Nueva Zelanda, hasta taxis en Colombia o rompehielos para explorar la Antártida.
¿Qué le dirías a toda esa gente que dice que hacer autostop es peligroso?
Vivimos en una sociedad donde el miedo es un medio lucrativo y de manipulación general. Recuerdo una vez en Canadá, estábamos haciendo dedo con un amigo cerca de Banff y una chica paró y vino a charlar con nosotros con la idea de llevarnos, pero tenía mucho miedo de llevar a dos hitchhikers, lo que la mayoría de la población Norteamericana imagina es que somos unos serial killers, gracias a la tele. Así que le enseñé mi libro mágico, un librito con fotos del viaje y de mis encuentros que me permite romper los miedos y compartir anécdotas de la aventura con gente que voy conociendo. También quiso ver mi pasaporte, le sacó una foto y la mandó a su marido. “¡Si me pasa algo, él sabe!” nos dijo. Y nos llevó por cientos de kilómetros.
Como se dice en Brasil: “Gentileza gera Gentileza!” Uno atrae la energía que tiene. Y la posibilidad de encontrarse con alguien con buena onda es mucha más grande que la posibilidad de encontrarse con una persona de mala leche.
¿Te has llegado a ver en algún momento en una situación peligrosa?
Lo interesante de viajar a dedo es la aventura. ¡Cinco minutos antes, nunca sabes a donde ni con quien vas a estar! ¡Todo tipo de gente te puede llevar! Puedes pasar una hora con un embajador y cinco minutos después ir por dos horas con un productor de café o con chicos que andan con armas para defender sus negocios… Viajando ha habido momentos más tensos que otros, esos momentos en los que tu corazón se vuelve loco porque en el ambiente anda una energía extraña, pesada, peligrosa… Pero como te digo, uno aprende a manejarlo y a alejarse de eso. El sentido común y tu intuición son tus mejores amigos.
¿Es más fácil hacer autostop solo o acompañado, por qué?
He viajado a dedo con varios amigos y amigas de nacionalidades distintas y lo veo igualito. Aunque viajar a dedo con una chica puede dar un sentimiento de seguridad a algunos conductores. Yo veo que hacer dedo es como un juego de seducción. Tienes un par de segundos para seducir de cierto modo al conductor del coche que está pasando, para que él te lleve. Solo o acompañado, el juego es el mismo.
¿Cambió mucho la situación respecto a hacer autostop y Couchsurfing cuando empezaste a viajar con Nati, en qué sentido?
Conocí a Nati por medio de Couchsurfing. Ella me recibió en su casa en Valparaíso y después de un tiempo, decidimos juntarnos de nuevo para viajar juntos. Viajábamos usando únicamente la fuerza de nuestros pulgares para avanzar y Couchsurfing para compartir la vida cotidiana con la gente del lugar. La onda del viaje siguió igualita con ella. ¡Ojo, que no es fácil para una pareja (que ni siquiera se conoce todavía) viajar de esta forma por mucho tiempo! Se necesita más intimidad cuando estas viajando con tu novia que solito, y couchsurfing es para compartir más con la gente que te recibe que con tu pajera… En todos los lugares, ¡la gente nos trató muy bien! ¡Muchas gracias a tod@s por eso!
¿Qué consejo le darías a las personas que están planteándose ahora mismo hacer un viaje de estas características?
¡Estar abierto a la gente! Si amas a la gente, te lo devolverán.
¿Qué es lo mejor de la vida de nómada, y lo peor?
Viajar es la mejor manera de aprender cosas nuevas y de cierto modo, romper la rutina que vives cada día. ¡Una de las cosas más bonitas que uno puede hacer en la vida, es eso! ¡Aunque lo más importante es hacer lo que te apasiona! Si a ti te gusta el fútbol, pues juega con la pelota. A mí me gusta viajar, por eso viajo.
¿Lo mas difícil de la vida nómada? Son las despedidas.
¿Qué has aprendido acerca de la vida durante todo este tiempo?
¡Ese tipo de pregunta va con una botella de vino! jaja. Viajar enseña muchas cosas… En mi caso, lo que más retengo es que en esta vida todo es posible. Y que cuando quieres algo, hay que ir a buscarlo porque nadie te lo va a traer todo servido. Otra cosa muy importante es que uno toma consciencia de que las fronteras no existen. Todos somos igualitos, ¡persiguiendo los mismos sueños! Amor, Salud, Paz, Vida Digna, Felicidad…
¿Te imaginas algún día viviendo toda tu vida en un mismo sitio?
Tener una casa, una base, un Houston mío, con una vida de barrio, sí quiero eso. Pero toda la vida seguiré viajando. ¡Falta todavía mucho para conocer! Quiero viajar por África.
Cuéntanos una de las miles de anécdotas de tu viaje.
Estaba de viaje por Haití, en febrero del 2011, justo después del terrible terremoto. Muchas ciudades del país estaban en ruinas, una epidemia de cólera muy fuerte hacía mucho daño y unas elecciones corruptas estaban llegando… ¡Un cóctel explosivo! Pero aun así, en l’Île à Vache, la vida seguía con sonrisas y buenas vibras, es increíble ver lo fuertes que podemos llegar a ser las personas frente a las adversidades.
¿Dónde te ves a ti mismo en 10 años?
En 10 años y por toda la vida, ¡me veo feliz y libre!
Muchísimas gracias a Julien por permitir que le hiciese la entrevista. Fue un placer compartir aquellas charlas sobre la vida con él, Nati, Pablo y Letizia mientras tomábamos vino y pão de queijo. ¡Os deseo todo lo mejor en esta vida!
Y tú, ¿te atreverías a viajar utilizando solo la única fuerza de tu pulgar?