Vivimos en una sociedad en la que las grandes compañías son las que mandan, las que nos dicen cómo debemos vestir, qué debemos comer, qué música nos tiene que gustar este verano… y lo peor de todo, ¡cómo debemos pensar! Nos manipulan, nos hacen vivir en un mundo superficial en el que la felicidad viene a través de un consumismo desmesurado, pero no hay nada más lejos de la realidad. No hace falta agotar los recursos que nos da la Tierra para poder llevar una vida cómoda y feliz y convertirnos en unos consumidores responsables.
¿Qué puedo hacer para ser un consumidor más responsable?
- Antes de comprarte algo, averigua si su proceso de producción y su materia prima genera algún tipo de daño al medio ambiente.
- Prioriza los productos alimenticios naturales a los procesados, no solo reducirás tu huella ecológica sino que también será beneficioso para tu salud.
- Considera las repercusiones de tu compra en la vida de otras personas, piensa si el producto fue producido de una manera ética, si los productores recibieron un salario justo, si no se utilizó mano de obra infantil, etc.
- Practica las 3 erres del movimiento ecologista: reduce, recicla y reutiliza.
- Elige productos con la menor cantidad de intermediarios posible. Por ejemplo, es mejor para el medio ambiente y más barato para ti, comprar las frutas y verduras en la frutería del barrio antes que hacerlo en los grandes supermercados.
- Lleva siempre una bolsa de tela contigo, para no tener que pedir bolsas de plástico en los establecimientos.
- Prioriza la calidad a la cantidad, generarás menos residuos y menos impacto ecológico comprando una camiseta buena que la puedas gastar más veces, que no una barata y mala que casi no te va a durar.
- Evita siempre que puedas los productos de usar y tirar como las pajitas, los vasos y platos de plástico, las servilletas de papel, etc.
- Cuando sea posible usa el transporte público o incluso mejor, la bicicleta, en vez de tu coche particular, para moverte por la ciudad.
- Educa a las generaciones futuras a respetar el medio ambiente y los derechos humanos y no te olvides de que muchas veces menos es más.
Los países desarrollados consumen entre 50-90% de los recursos del planeta y generan las dos terceras partes de las emisiones de dióxido de carbono a pesar de contar con tan solo una cuarta parte de la población mundial. Es decir, una persona que vive en estos países consume de promedio 3 veces más cantidad de agua y 10 veces más energía que una que viva en un país en vías de desarrollo. Somos muy afortunados de vivir en un lugar en el que si tenemos hambre tan solo tenemos que bajar al supermercado, pero tenemos que ser conscientes de la responsabilidad que ello conlleva y es que en nuestras manos está frenar este proceso de destrucción del planeta en el que estamos sumidos actualmente.